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Lo que abre el amor, que no lo cierre el miedo.


sábado, 9 de enero de 2010

Los encuentros no son casuales (Parte II)


PROYECCIÓN
En lugar de vernos a nosotros mismos, a menudo culpamos a los demás.
A esto se lo llama proyección. Proyectamos en los otros los problemas que tenemos en nuestro interior. Transferimos nuestros propios problemas a alguien inocente y, al hacerlo, evitamos mirarnos a nosotros mismos. Todos hemos hecho esto ante situaciones difíciles. Y todos nos hemos visto sometidos, en mayor o menor medida, a la proyección de los adultos cuando éramos niños.
Por ejemplo, cuando un adulto se encuentra presionado por sus propios problemas, es posible que un niño oiga lo siguiente: “¡Hoy estás insoportable!, ¡Deja de molestar!”.
Este es un ejemplo de proyección: transferir tu problema propio a alguien que es completamente inocente.
Fue así como nos trataron a muchos cuando éramos niños. Los adultos nos hacían cargar con sus propios problemas. De esa manera. La mayoría aprendimos cuán simple puede ser “resolver” los problemas de la vida: culpando a otra persona por los nuestros. Este método, por supuesto, no es precisamente constructivo.
Intenta encontrar la forma de hablar francamente sobre las proyecciones con tus amigos y compañeros.
¿Qué deberías hacer cuando te das cuanta que estás proyectando?
El primer paso, por cierto, ¡ya lo has dado! El primer paso es ver y saber qué estás proyectando.
El próximo paso para romper con el esquema lo puedes encontrar en el paso siguiente.

UN CONOCIMIENTO INTERIOR PODEROSO
La razón de mi disgusto no es la que pienso que es.
Seguramente, en ocasiones te sientes disgustado, alterado e irritado. La próxima vez que te sientas disgustado, enojado, alterado o irritado con respecto a alguien de tu entorno, toma distancia y di para tus adentros:
La razón de mi disgusto no es la que pienso que es. (Concepto extraído del libro A Course in Miracles)

A veces es difícil darse cuenta de ello. Nos enseñan a pensar que son “ellos” los que hacen que nos sintamos como nos sentimos.
En verdad no queremos vernos a nosotros mismos como co-creadores de lo que está ocurriendo - co-creadores y responsables - porque estamos alterados, irritados y nos sentimos mal. ¡No queremos encontrar la razón de nuestra irritación en nuestro interior! Es más fácil pensar y creer que si “ellos” fueran distintos, todo andaría mejor. Es más fácil echarle la culpa a los demás (proyección)
Por lo tanto, haz el intento. La próxima vez que te sientas disgustado, furioso, alterado o irritado con respecto a alguien, trata de pensar lo siguiente:
La razón de mi disgusto no es la que pienso que es.
Esta sentencia actúa como una llave. Te da la posibilidad de verte a ti mismo en lugar de culpar a los demás.
Una vez que hayas encontrado un ejemplo de esa situación - y de verdad sientas que viene al caso - , pronto encontrarás muchos ejemplos más...
Cuando, de tanto en tanto, te des cuenta de ello, harás enormes progresos en tu desarrollo personal y te sentirás mucho mejor. ¡Encuentra ejemplos en tu propia vida!

Extracto del libro "Los encuentros no son casuales" de Kay Pollac

1 comentario:

Carina Felice, Photography dijo...

Que buen extracto elegiste, Maguita.
Coincido plenamente...
sucede que es mucho mas facil culpar a los otros verdad?? Y quedar liberado (supuestamente).Pero sabes que es lo mas triste? De ese modo uno se pierde la posibilidad de CRECER!

bueno, nada, me dejaste pensando...
Un placer visitarte, abrazotes enormes,
Namaste Hari Om/\

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