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Lo que abre el amor, que no lo cierre el miedo.


martes, 14 de septiembre de 2021

Cuando sufres te pierdes




Cuando sufres te pierdes.
Te pierdes en el otro.
Que hizo.
Que dijo.
Que piensa.
Por qué.
Todo eso va alejándote de tí.
El foco se gira, tu brillo se apaga y la única verdad que queda es algo que no puedes manejar.
Regresa.
Vuelve a ti.
No te compares.
No te culpes.
No te midas.
Vuelve a poner el foco en tu camino.
Sabes quién eres.
Brilla.
No importa nada más.
Solo sigue dando el amor que has venido a dar.
Ahí seguro que no te pierdes.


Gabriela Collado

sábado, 11 de septiembre de 2021

Sólo queda el amor




Cuando la noche es más cerrada.
Cuando sientes la muerte rozar tu rostro.
Cuando llamas a Dios sin saber a quién llamas.
Cuando te hallas desnuda, perdida, helada, paralizada.
Cuando crees que es el miedo adueñándose de todo.
Es cuando más cerca estás de amarte.
Allí, a solas contigo.
Despojada de todo.
Sólo queda el amor.
Ese es el regalo de tu alma.
Cuando creías que era el final.
Llega el alba y te regala una nueva vida.

Gabriela Collado

domingo, 29 de agosto de 2021

Que te mueras




Chau, me voy.
Tengo que dejar que te mueras.
Que se muera la magia, el milagro.
Tengo que matar las ganas.
Asesinar el deseo asfixiándolo en el fondo de la noche cerrada y sola.
Vamos a ser como esos cazadores de elefantes, orgullosos de matar algo tan grande y majestuoso.
¿Dónde vas a colgar el trofeo?
Supongo que querrás olvidarlo, pero la cabeza embalsamada del mastodonte se te instalará en cada estancia.
Los muertos huelen, ¿sabes?
Nuestra vida de muertos apesta.
Vamos a ponerle perfume.
Vamos a desafiar a todas las leyes de la naturaleza.
Vamos a ser más Dios que Dios.
Vamos a morirnos en vida antes de que la muerte nos encuentre, así le ganamos.
No, yo no apreté el gatillo.
Tampoco necesito tu dedo para parar la sangre.
Chau.

Gabriela Collado

jueves, 24 de junio de 2021

El valor del agua




Vas caminando por el centro comercial, por el supermercado, conduciendo, atravesando la circunvalación con una ilusión a cuestas.
Intentas acomodarla.
Parece que te sienta bien.
Te sientes linda con ella puesta, como un ramo de flores frescas.
Pero algo empieza a oler mal.
Han pasado semanas y pareces un florero olvidado en el cementerio.
Las flores no se arrancan dijo el Principito.
Cuando amas la rosa comprendes el valor del agua.

miércoles, 23 de junio de 2021

Vendrá descalza




Quiero zambullirme 
en el sueño, 
esperando encontrar algo 
que me salve, 
una puerta a otra vida 
con menos esfuerzo.
Busco en el pozo 
seco de lágrimas 
que no llegan; 
necesito que me cubran los ojos, 
que laven el espanto.
Escribir me rescata, 
siempre, 
como si construyera algo, 
algo que me pertenece 
un mundo del que ser parte.
Otra vez la muerte presente. 
El abandono, 
la desaparición, 
el rechazo, 
los finales. 
Si acaso no hubiera ya 
muerte constante, 
que necesita hacerse notar.
Ella sigue pidiéndome lo mismo 
y yo... 
soy un cristal roto 
del que nadie quiere hacerse cargo.
Entonces vendrá descalza, 
otra vez, 
y no habré podido evitarlo.

martes, 8 de junio de 2021

Apretó con su mano el borde de mis bragas




Apretó con su mano el borde de mis bragas, como quien se aferra a la soga que ha de salvarlo, y se quedó dormido.
Apenas quise moverme para no romper el reposo de tanta existencia cansada.
Tal vez en mi anhelo azorado quise darle un puerto de certezas donde escapar a sus tribulaciones.
Tal vez así me salvara yo de las mías lo que durara esa noche.
Se sujetó con firmeza a mis bragas, con la misma mano con la que se empuña un escudo. Y, como si toda la fuerza se reuniera en una sola mano, como si esa mano, ahí, en mis bragas, lo protegiera en sus sueños, dejó yacer su cuerpo dormido junto al mío, tierno y dócil, ajeno a la tenacidad con la que su mano se amparaba en el fino encaje.

Gabriela Collado

domingo, 18 de abril de 2021

Alguien así




Se sumergió conmigo en lo profundo y no tuvo miedo de tocar el dolor.
Éramos capaces de nadar entre las sombras, como los peces en el estanque.
Y luego, reír a carcajadas en la luz que se creaba cada vez que estábamos juntos.
Alguien así no aparece de la nada.
Tiene que ser un pedazo de tu alma.
Creo que nos reconocimos en nuestras grietas. 
Que podíamos posar el dedo en la parte quebrada del otro como si fuera la nuestra. 
Sin provocar mas dolor. 
Con absoluta reverencia.
Creo que supimos ver al dios que descansa en el centro numinoso del otro y amar al humano.
Arder juntos en cualquier tipo de intensidad.
Y aún así, fuimos conscientes del mundo. 
Pero el nuestro llegó a ser perfecto por momentos o extraordinario.
Alguien así no se va nunca.
Conoces su verdadero nombre.
Conoce el tuyo.
Es tan puro que no puedes no llamarlo amor.


Gabriela Collado

jueves, 15 de abril de 2021

Eso lo sé ahora

Imagen: Marte y Venus sorprendidos por Vulcano. Alexandre Charles Guillemot (1827) Indianapolis Museum of Art


Abriste una puerta
que yo no quería abrir.
Eso lo sé ahora.
Y, desde entonces,
se me ha instalado
una melancolía
como fado de puerto.
La dulce añoranza
de lo que no vamos
a tener ni a ser.
Pero quisiera.
Eso lo sé ahora.
Conoces mi alma.
Te amé y te odié
a partes iguales,
aunque no se pueda.
Este Adagio con vos,
susurra en la noche:
carpe diem
quam minimum
credula postero.
Mientras me pregunto,
si podré cerrarla
o si querré.


jueves, 8 de abril de 2021

Servicio




Lo que sirve tiene que servir sin estorbar.
Ser casi invisible.
Como el asa de las cosas o como el sol,
cosas que se extrañan cuando no están.
Servir no reclama atención 
menos reconocimiento, 
es su naturaleza, 
ser sirviendo.
Como el amor, 
se nota cuando falta.
Hechos que resaltan en su ausencia.
La entrega, 
el don de abrir puertas, 
cajones, 
caminos.
Cuando el gobernante ocupa las portadas de los artistas, 
cuando los gentiles se ahogan bajo el peso de creencias, 
cuando los reyes están obesos de autocomplacencia sin sentido, 
no es servicio, 
es abuso.

domingo, 14 de febrero de 2021

A Dios pongo por testigo




A Dios pongo por testigo,
no sé encajar en el amor.
Por no saber, 
no sé encajar en nada.
Siempre me sobresalgo. 
No, no es soberbia, 
quizás rebeldía, 
desgana de encajar.
Seré honesta 
o lo intentaré, al menos.
Todo esto es ironía,
no se encaja en lo que se es.
Ahora mismo veo la tierra quemada,
lo que se llevó el viento 
y juro que nunca más 
volveré a pasar hambre.
Miento. 
Me engaño. 
Quiero encajar otra vez. 
En la cajita feliz de un payaso perverso.
Eso no es el amor. 
¿Qué haces? 
¿A dónde vas pequeña? 
Me escucho en un rincón de mi cabeza.
Vuelvo al quincho de mi casa lejana. 
Toco la guitarra para mi padre. 
Para el pequeñísimo espacio afectivo que me deja. 
Compito con mi madre. 
Creo que a ella no le queda nada. 
Espero su aplauso. 
El de él. 
Ella me advierte como un mal conjuro. 
Bella no despierta, 
se ahoga en pesadillas.
Vuelve. 
Regresa. 
Insiste la voz lejana.
Sé que me robaron y mi guitarra. 
"Dónde están las llaves, matarile, rile, rile.
Dónde están las llaves, matarile, rile, ron".
Quiero estar sentada al sol en el parque. 
Sentir que llevas tiempo a mi lado.
No haber llevado la cuenta, 
porque lo natural no se mide, 
es obvio y preciso, 
como la primavera.

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