Cuando sufres te pierdes.
Te pierdes en el otro.
Que hizo.
Que dijo.
Que piensa.
Por qué.
Todo eso va alejándote de tí.
El foco se gira, tu brillo se apaga y la única verdad que queda es algo que no puedes manejar.
Regresa.
Vuelve a ti.
No te compares.
No te culpes.
No te midas.
Vuelve a poner el foco en tu camino.
Sabes quién eres.
Brilla.
No importa nada más.
Solo sigue dando el amor que has venido a dar.
Ahí seguro que no te pierdes.
Gabriela Collado
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