Aún recuerdo la timidez de las primeras manos.
El recelo de los ojos primeros a esos ojos nuevos que nos miran y, con ello, nos descubren.
La medida de las palabras y las palabras medidas.
Aún recuerdo la primera vez de cada vez que, todavía, sigue siendo la primera.
Porque aún está por desbordarse este torrente contenido, porque todavía tiramos temerosos de las riendas de un corcel que ansía liberarse en una carrera alocada de pasión y desenfreno, de sueños desenfundados, de pensamientos escondidos que se animan a expresarse, de anhelos disimulados y desvelos compartidos.
Porque, a pesar de los miedos primerizos, ambos sabemos que esta vez llegó la hora de lamernos las antiguas heridas mutuamente y acariciarnos, por fin, el cuerpo y el alma.
El recelo de los ojos primeros a esos ojos nuevos que nos miran y, con ello, nos descubren.
La medida de las palabras y las palabras medidas.
Aún recuerdo la primera vez de cada vez que, todavía, sigue siendo la primera.
Porque aún está por desbordarse este torrente contenido, porque todavía tiramos temerosos de las riendas de un corcel que ansía liberarse en una carrera alocada de pasión y desenfreno, de sueños desenfundados, de pensamientos escondidos que se animan a expresarse, de anhelos disimulados y desvelos compartidos.
Porque, a pesar de los miedos primerizos, ambos sabemos que esta vez llegó la hora de lamernos las antiguas heridas mutuamente y acariciarnos, por fin, el cuerpo y el alma.
2 comentarios:
acariciarnos, por fin, el cuerpo y el alma...
no se puede decir mucho más, tus palabras son increibles
un beso
Auxi: Tú siempre me alientas a mejorar. ¡Gracias guapa!!!!
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