
Estar preparado es importante, saber esperar lo es aún más, pero aprovechar el momento adecuado es la clave de la vida.
Arthur Schnitzler (1862-1931) Dramaturgo austríaco. En verdad, me pregunto si sabemos realmente qué significa vivir. Después de ingresar en la escuela de primera enseñanza, tratamos por todos los medios de terminar, de apresurarnos y concluir. Creemos que la vida es algo que está por delante. Y cuando egresamos y conseguimos un trabajo, intentamos alcanzar un buen rendimiento y terminar esa tarea. Y seguimos creyendo que la vida es algo que tenemos por delante. Pero no es así. El presente es una delgada línea que divide el pasado y el futuro. Si no somos capaces de hallar nuestra propia vida sobre esa línea, no pensemos que la hallaremos en ningún otro lugar.
Si no vivimos plenamente el ahora, este momento actual, si no dejamos de postergar todo para "algún día" distante, la auténtica plenitud siempre seguirá escabulléndose para nosotros. En lugar de posponer siempre las cosas para el futuro, tendríamos que hallar el sentido de la vida, pensar y hacer lo que hoy resulta más importante, allí donde nos toca accionar.
Se dice que estamos demasiado preocupados por lo que otros piensan y que, como resultado, nos tornamos esclavos de las apariencias.
Hay gente que aunque su vida sea hueca, tampoco consiguen reflexionar sobre lo que está ocurriendo. En cambio, se dicen: "La vida real ya vendrá más adelante". O, tal vez porque su existencia es tan hueca, temen mirarse a sí mismos. Mientras tanto, van envejeciendo y mueren. Si esta es la clase de existencia que uno va a vivir, ¿qué sentido tiene nacer? El que vive así ni conmueve a los demás ni se siente feliz. Es como si estuviese muerto en vida.
La existencia llega y se va en un abrir y cerrar de ojos... La mayoría de la gente sólo se contenta con dejarse arrastrar por la corriente. Van a la deriva sin rumbo, y su vida concluye antes de que hayan podido tomar conciencia de su vida real.
Entonces empecé a reflexionar sobre esta condición mental en la cual, sufriendo por un problema, vivimos el presente como un tiempo de transición y expiación, un túnel al final del cual nos espera la situación deseada.
En esta circunstancia cruzamos el presente completamente condicionados por nuestros problemas y sufrimientos, postergando al futuro la serenidad y la dicha. "Se necesita tiempo" es la frase que acompaña estos periodos y entonces, a estos días sustraemos nuestras energías, ahorrándolas para mejores tiempos. Si el trabajo no nos satisface y quisiéramos uno mejor, si nuestras relaciones son difíciles, si por cualquier razón percibimos una fuerte sensación de pesadez u obligación, comenzamos a imaginar una realidad más satisfactoria, un trabajo mejor, una relación fácil y ligera, y estas imágenes nos llevan a desviar nuestras energías del presente, vivido como un tiempo sin significado, y ahorramos para entregarnos cuando valga la pena.
Estamos nerviosos, con una sensación de viva amargura y frustración y vivimos de la misma manera, pasivamente, en la espera de que algo ocurra y nos libere del sufrimiento.
Sin darnos cuenta, junto a la separación entre presente y futuro, estamos esperando… Nos ilusionamos con que vivir estancadamente el presente conduzca de todos modos a un brillante futuro. Los ejemplos son numerosísimos: "desde mañana me pongo a dieta, entonces hoy como a más no poder", "quiero un mejor trabajo que me gratifique desde todo punto de vista, entonces, dejo de aplicarme en el que actualmente estoy desarrollando", "mi matrimonio está yéndose a pique, entonces pienso en una vida sentimental feliz mientras aprovecho todas las oportunidades que se me presenten para pelear, reprochar y quejarme".
Citando a Goethe: "no es suficiente caminar paso tras paso por el camino que llevará un día a la meta. Es necesario que cada uno de estos pasos sea la meta y que cada uno de estos pasos tenga su valor”.
Deberíamos por lo menos reflexionar el "aplicarse en cada cosa al cien por ciento". "De ahora en adelante" indica la actitud necesaria para vivir la vida serena y realizada en cada instante de la vida esforzándonos al máximo, sin retroceder, sin huir, sin postergar o evadir, enfrentando el presente y utilizando al máximo nuestro potencial. Claro, no es fácil, a veces logramos alcanzar rápidamente esta actitud, mientras que otras veces nos concedemos largos períodos de tormento antes de buscarla. Hay también quien sostiene no estar en condición de hacerlo porque piensa que no es capaz, le falta coraje y determinación.
Corremos el riesgo de cruzar por nuestra vida postergando el empeño y la felicidad, haciendo de la vida misma una sala de espera.
Nunca es tarde para hacer las cosas, sin importar en qué edad o circunstancia se esté y de que las piezas del rompecabezas del destino son nuestras relaciones, la familia y los amigos y si se unen correctamente se podrá encontrar el significado de la vida.
Quisiera concluir con un dicho que puede ayudar: "Si no soy para mí mismo, ¿quién será para mí? Si soy únicamente para mí mismo, ¿qué cosa soy? Si no es ahora, ¿cuándo?".