Y me comió
la cordura en mil bocados.
Y me mató
las ansias contra su pecho.
Y puso trampas
a todas mis sinrazones.
Y le dió vuelta
al reloj de mis acechos.
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2 comentarios:
si alguien viviera estos ocho versos a diario... no necesitaría más.
una pena el siglo XXI
Jamás nos demos por vencidos!
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