Arriba la mujer, el Yin.
Debajo el hombre, el Yang.
Nuestras diferencias esenciales,
de hombre y de mujer,
se funden.
Arriba mi agua,
Debajo tu fuego,
que, lentamente,
me lleva a la ebullición.
Si tu combustible quemaras
con ansiosa rapidez,
el fuego se apagaría inexorablemente
dejando mi agua apenas tibia.
Sólo conservando tu fuego
durante el tiempo preciso
harás que mi agua pueda hervir.
Entonces bastará con la llama más pequeña
para mantenerme ardiendo durante mucho tiempo.
Debajo el hombre, el Yang.
Nuestras diferencias esenciales,
de hombre y de mujer,
se funden.
Arriba mi agua,
Debajo tu fuego,
que, lentamente,
me lleva a la ebullición.
Si tu combustible quemaras
con ansiosa rapidez,
el fuego se apagaría inexorablemente
dejando mi agua apenas tibia.
Sólo conservando tu fuego
durante el tiempo preciso
harás que mi agua pueda hervir.
Entonces bastará con la llama más pequeña
para mantenerme ardiendo durante mucho tiempo.
3 comentarios:
Solamente agradecerte que me tengas en la lista de seguidores,es un detalle por tu parte.Cuando quiéras puedes asomarte por el mío,poco a poco le voy dando forma.Después de todo quizás no sea tan torpe con el aparato éste.Un abrazo... .Tranquila,no habrá más palabras ni mensajes y que todo vaya bién.
el problema amiga es saber cuánto tiempo hay que calentar ese agua para que ese agua pueda hervir.
a veces es demasiado pedir... el tiempo.
un abrazo
p.d.: como ves me pasé a blogger ,-)
Hola Gabriela!! pasé a devolverte la visita, me gusta mucho tu blog , aquí ando leyendo tus historias, un besos
Chelo
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