Puedo nadar en libertad,
habitar playa o cementerio,
puedo ocultar tu sol,
o disfrazarme y parecerlo,
puedo ser sombra que te acecha
o todo, y hasta escuchar y ser silencio.
habitar playa o cementerio,
puedo ocultar tu sol,
o disfrazarme y parecerlo,
puedo ser sombra que te acecha
o todo, y hasta escuchar y ser silencio.
Pero, aunque más no sea, en este instante,
en que puedo ser tu todo y tu nada,
me basta nada más con ser
y que eso me convierta aquí en eternidad.
Eternidad que fluye y que libera,
barreras que despojadas de su tiempo son escombros,
armaduras que permiten a tu cuerpo que aparezca,
cadenas destrozadas y detrás,
apareciendo, tus nuevos ojos.
Que como un cielo se abren ante mí
para que pueda volar, sin pasado ni futuro,
sin promesas ni reproches.
Porque sé que puedo morir en ellos
como volver a nacer
con la certeza de que nada será igual
sólo éxtasis de debilidad.
Que es como nadar en libertad
como unirnos en playa
como escuchar,
como extasiar,
como fusionarnos en perfecta eternidad;
y ser sol naciendo.
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