La cueva del saber - Moni
Estás ahí,
justo ahí,
tocando eso que no te gusta:
tu sombra.
Encendiste la luz de la caverna
y viste al monstruo.
Quieres huir,
que vuelva a ser noche.
Prefieres no ver
lo que se mueve por tus entrañas.
Te extrañas,
te asustas,
te mueres de miedo
y prefieres morir,
antes que enfrentarte con él.
Y justo en el instante
en el que estás por salir corriendo,
tu abominable yo
te tiende una mano y te dice:
"Quédate,
porque sólo puedo hacerte daño
si no me miras."
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