Imagen: Marte y Venus sorprendidos por Vulcano. Alexandre Charles Guillemot (1827) Indianapolis Museum of Art |
Abriste una puerta
que yo no quería abrir.
Eso lo sé ahora.
Y, desde entonces,
se me ha instalado
una melancolía
como fado de puerto.
La dulce añoranza
de lo que no vamos
a tener ni a ser.
Pero quisiera.
Eso lo sé ahora.
Conoces mi alma.
Te amé y te odié
a partes iguales,
aunque no se pueda.
Este Adagio con vos,
susurra en la noche:
carpe diem
quam minimum
credula postero.
Mientras me pregunto,
si podré cerrarla
o si querré.
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