Esta noche me guardo en el silencio
sintiendo sólo tus manos
y dejo que me hagas sonar como a un violín tenue,
creando alquimia con la yema de los dedos.
En la caricia se me revela la historia de nuestras vidas
escondida en nuestras pieles.
Te veo guerrero...
te veo indio...
te veo mago.
Siento el fuego y el frío.
A veces yo me vuelvo tú
y tú te vuelves yo;
es lo mismo.
Volvemos a encontrarnos,
vuelvo a ver tu risa;
tiene cientos y cientos de años.
Eres bebé entre mis brazos.
Siempre estamos dándonos la vida de alguna forma.
Todo es un instante
pero nuestro instante es una eternidad.
Un viaje en el tiempo,
un lazo antiguo.
Tus pies traen la historia del sol, caminante
y yo vuelvo a abrirte las puertas para que entres en mí a
beber,
para que te alimentes de mí.
Así es como yo me vuelvo luz.
He atravesado el infinito para fundirme contigo.
Observa a las estrellas bailar por el encuentro.
El orgasmo cósmico es leve como una pluma
y luminoso como todas las galaxias.
Una danza armónica,
matemáticamente perfecta.
Sé quién eres…
Sabes quién soy…
No son las palabras,
es el vuelo interminable.
Es un viaje al futuro
en el que ya nos hemos encontrado
Gracias por sentir el llamado,
por recibirme.
Hoy honro al ser que te habita.
Y mañana me posaré en tu ventana
con otra forma
para darte la bienvenida al nuevo día…
…Amor.
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