Hace unos meses tuve un sueño. Soñé que estaba en un lugar
en el que había amenaza de tsunami. El tsunami no llegó pero las familias
permanecían unidas y me recibían a mí, extranjera, como si fuera una más de
ellos. Caminaba por sus calles y me llamó la atención las calaveras en el
frente de las casas, en algunas una, en otras dos o tres. Cuando pregunté su
significado me contaron que la cantidad de calaveras dependía del número de
muertos que había en esa familia. Era una especie de escudo nobiliario; no se
trataba de algo tétrico, al contrario, era un honra a los antepasados. La madre
de quien me había recibido en su casa era viuda y, como tal, se había
convertido en cabeza de familia, no solo para sus hijos sino también para los
abuelos y tíos mayores. Ella cobraba una pensión por viudez todos los meses y,
cada mes, al recibir el sobre con el pago, realizaba una especie de sorteo
entre los miembros de la familia y se lo entregaba íntegro. Un miembro
diferente de la familia recibía ese regalo cada mes para utilizarlo en aquello
que lo necesitara.
Al despertar me pregunté si ese lugar existiría realmente y
si mantendría esas costumbres.
Hoy, por "casualidad" veo una foto en facebook y
me llamó la atención porque en ella aparece mi apellido. Esa imagen hacía
referencia al nombre de una ciudad: Vigan City. Investigué para saber más y
cuán grande es mi sorpresa al ver, en otra foto, un cartel con mi mismo
apellido colgando en una de las calles de ese lugar. ¡La calle era la misma en
la que yo había estado en sueños!
Se trata de la calle Crisólogo en Vigan, Ilocos Sur,
Filipinas. Esta ciudad fue declarada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO
en el año 1999, ya que es la ciudad colonial española en Asia mejor conservada,
y es bien conocida por sus calles empedradas y una arquitectura única que
mezcla el diseño de los edificios de Asia y de la construcción europea con la
arquitectura colonial y la planificación.
No sé qué significa todo esto, tal vez deba viajar a Vigan o
quizás ya haya vivido allí alguna vida, no importa; con lo que sí me quedo en
el corazón es con esa historia de solidaridad y unión familiar que, espero que,
al menos en Vigan, se mantenga.
1 comentario:
Hola Maga, ¡cuánto tiempo sin visitarte! me ha interesado mucho este relato y la intercesión entre lo soñado y lo posible real de la imagen encontrada con tu apellido en un lejano pueblo...
un saludo,
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