Imagen de Divino Mate |
Quiero hacerte el amor.
Ya no me basta el mate,
apaciguando la ansiedad de mojar mi lengua con la tuya.
Quiero que nos
encontremos en nuestros ojos
y, de repente, vernos sumidos en un revuelo de
sábanas
sin saber cómo llegamos hasta allí.
Al fin y al cabo,
¿qué importan los
cómos?,
son cosa del cosmos.
El caso es comerse,
despacio y a mordidas.
Que tú
subas con tu boca por mi cuerpo
y yo baje con la mía por el tuyo.
El caso es
olfatearse,
las pieles encendidas.
Meter las narices donde tu olor me llama
y
embriagarte con mi olor a hembra.
El caso es palparse,
con las manos y con el
alma
y con el alma en las manos.
Frotar los sudores
como alquimistas preparando
un brebaje.
El caso es oírse cantar las pasiones
con la voz ahogada, jadeante y
sedienta.
Gritar el éxtasis de volver a unir
lo que nunca debió estar separado.
Y que después sí,
una vez renacidos,
vayamos juntos a
calentar el agua.
Hay quien dice que la yerba
es buen yuyo para el amor,
pero yo sé que vos y yo
seremos buen amor para la yerba.
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